El quiropráctico mejora el bienestar general y de la columna vertebral a través de ajustes quiroprácticos específicos y seguros. Estos ajustes ayudan a dar movilidad a la columna, eliminando bloqueo o reduciendo estrés que puedan estar afectando negativamente a su cuerpo.
Cuando nuestras articulaciones vertebrales no están posicionadas o funcionando correctamente, pueden afectar a los nervios que salen de la columna vertebral, esto se llama Subluxación. El quiropráctico corrige estas subluxaciones de la columna a través de ajustes manuales que reposicionan las articulaciones: "ajuste quiropráctico".
Siempre que acudimos a un quiropráctico suele ser porque sufrimos dolor de ciática, de cuello, de espalda, de cabeza, mareos, vértigos, migrañas, dolor de brazos, manos, piernas, lumbares... o bien tenemos problemas de oídos, digestivos, estreñimiento, insomnio, ansiedad, depresión o cualquier otra dolencia.
Lo cierto es que no es preciso padecer ninguno de estos problemas para acudir al quiropráctico. Para todas las persona sin importar la edad, es fundamental mantener una columna bien alineada, sana y libre de interferencias. De esta manera todos los órganos, nervios y glándulas del cuerpo tendrán un rendimiento óptimo.
El sistema nervioso controla y coordina todos los tejidos, órganos, glándulas, arterias y venas en el cuerpo. De hecho, es el sistema nervioso quien controla los latidos del corazón, el sistema inmunológico, las contracciones del diafragma que nos hacen respirar, nos permite mover los ojos, controla el movimiento y la digestión de la comida y nos permite dormir, entre otras funciones. Es decir, el sistema nervioso es responsable de mantenernos con vida. Si nuestro sistema nervioso funcionara perfectamente, no tendríamos ninguna molestia o dolor, sería muy difícil que enfermáramos, dormiríamos perfectamente, siempre tendríamos energía y nuestro bienestar se encontraría en condiciones óptimas.
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